Describir es explicar, de forma detallada y ordenada, cómo son las personas y otros seres vivos, los lugares, los objetos, las sensaciones o los sentimientos.
Los escritores utilizan la descripción para ambientar la narración y crear una atmósfera que haga más atractivos y creíbles los hechos que se narran. En la poesía lírica las descripiones se utilizan sobre todo para expresar sensaciones y sentimientos.
Los científicos hacen descripciones exactas de los seres y objetos que estudian y de los cambios y procesos que observan en los mismos.
Los técnicos describen también de manera precisa los objetos que diseñan y fabrican y sus diferentes utilidades.
Nosotros mismos, en nuestra vida cotidiana, hacemos con frecuencia descripciones de todo tipo acerca de las personas que nos rodean, los objetos que nos gustan, las situaciones que vivimos, los olores y sonidos que percibimos, etc.
Describir es representar la realidad con palabras. Aunque esa realidad puede ser producto de la imaginación, como ocurre en la literatura o cuando inventamos una historia.
Los técnicos describen también de manera precisa los objetos que diseñan y fabrican y sus diferentes utilidades.
Nosotros mismos, en nuestra vida cotidiana, hacemos con frecuencia descripciones de todo tipo acerca de las personas que nos rodean, los objetos que nos gustan, las situaciones que vivimos, los olores y sonidos que percibimos, etc.
Describir es representar la realidad con palabras. Aunque esa realidad puede ser producto de la imaginación, como ocurre en la literatura o cuando inventamos una historia.
"Era aquel recinto la habitación de un horrible gigante, tan espantoso como era difícil imaginar; su estatura era colosal, su corpulencia como la de una mole de piedra y, en medio de la frente, tenía un solo ojo, cuya mirada ponía espanto en el ánimo de quien lo veía…".
La Odisea, Homero.
"El parque estaba que daba asco. No es que hiciera mucho frío pero estaba muy nublado. No se veían más que plastas de perro y escupitajos, y colillas que habían tirado los viejos. Los bancos estaban tan mojados que no se podía sentar uno en ellos. Era tan deprimente que de vez en cuando se le ponía a uno la carne de gallina."
r
El guardián entre el centeno, J. D. Salinger.
"El gatito, que todavía no tenía nombre y era negro como el de las brujas de los cuentos, la miró con unos ojos grandes amarillos, que brillaban en su carita de diablo. Era feo, feísimo, muy flaco, pero a ella le gustó. Pensó: Parece un gremlin."
r
El gato encantado. Pilar Pedraza.
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
r
El amor, Francisco de Quevedo.
Tipos de descripción
Hay muchos tipos de descripción y cada uno de ellos presenta unas características peculiares. La descripción técnica, por ejemplo, se caracteriza por su precisión, claridad y objetividad. En la descripción literaria, en cambio, pueden ser más importantes la expresividad o la capacidad de evocar determinados sentimientos.
Según la intención comunicativa del emisor, la descripción puede ser objetiva o subjetiva.
La descripción objetiva es propia de los textos científicos y técnicos. Tiene una finalidad informativa: pretende mostrar la realidad tal como es. En ella, el emisor se limita a reflejar lo que ve de una manera minuciosa y precisa, sin manifestar sentimientos o emociones. Este tipo de descripción utiliza un lenguaje objetivo y riguroso. Ejemplo:
Según la intención comunicativa del emisor, la descripción puede ser objetiva o subjetiva.
La descripción objetiva es propia de los textos científicos y técnicos. Tiene una finalidad informativa: pretende mostrar la realidad tal como es. En ella, el emisor se limita a reflejar lo que ve de una manera minuciosa y precisa, sin manifestar sentimientos o emociones. Este tipo de descripción utiliza un lenguaje objetivo y riguroso. Ejemplo:
"El burro o asno (Equus africanus asinus) es un animal doméstico de la familia de los équidos. Los ancestros salvajes africanos de los burros fueron domesticados por primera vez a principios del V milenio a. C., prácticamente al mismo tiempo que los caballos de Eurasia, y desde entonces han sido utilizados por el hombre como animales de carga y como cabalgadura.
La mayoría de los burros domésticos tienen una talla que oscila entre 0,9 y 1,4 m hasta la cruz, aunque hay variedades mayores como la raza andaluza-cordobesa que puede superar los 1.6 m o el burro catalán que llega a los 1,65 m. La coloración y longitud de su pelo también es muy variable. Su color más habitual es el gris en todos sus tonos, llegando hasta el blanco y el negro, y también son habituales las tonalidades pardas. A menudo tienen el pelaje de tonos más claros o blanco alrededor del morro, la zona periocular y el vientre y con frecuencia presentan dos franjas oscuras en forma de cruz en su espalda. Sus crines son más cortas que las de los caballos por lo que permanecen encrespadas en lugar de caer sobre el cuello."
(Fuente: Wikipedia)
La descripción subjetiva es propia de los textos literarios. Tiene una finalidad estética. El emisor muestra la realidad desde su punto de vista personal, explicando sus sentimientos y sensaciones; por eso, la descripción subjetiva está llena de valoraciones personales que expresan las emociones del escritor frente a lo que ve. Ejemplo:
"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
— Tiene acero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo."
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
— Tiene acero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo."
Platero y yo, Juan Ramón Jiménez.
Actividades
1. Una actividad muy sencilla para aprender lo más básico sobre la descripción: pincha aquí.
2. Aprendemos con Luigi en el "Espagueti feliz".
2. Aprendemos con Luigi en el "Espagueti feliz".
2. Tierra radiactiva: los textos descriptivos. De "El Tinglado".
No hay comentarios:
Publicar un comentario