Las madres les narran cuentos a sus hijos antes de dormir y los abuelos cuentan a sus nietos historias de su juventud, por ejemplo.
Nosotros mismos desde pequeños intentamos contar cosas a las personas que nos rodean y esta actividad forma parte de nuestra vida diaria. Se emplea la narración al hablar con un amigo sobre lo que hemos hecho durante el día, al explicar en una reunión lo ocurrido en un viaje o cuando se relata un suceso extraordinario producto de la imaginación.
Una narración es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les suceden a unos personajes.
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Los hechos que se cuentan pueden ser reales, como ocurre en las noticias periodísticas, las crónicas históricas, las retransmisiones deportivas; o ficticios, como los que se relatan en los mitos, las leyendas, los cuentos tradicionales o las novelas.
Narrar es, por tanto, contar hechos reales o ficticios que están protagonizados por distintos personajes.
Estructura de una narración
Normalmente, una narración se estructura de una manera bastante sencilla en tres partes:
Elementos de la narración
En toda narración están presentes los siguientes elementos: el narrador o persona que cuenta la historia, los personajes, la acción o serie de acontecimientos que se relatan y el espacio y el tiempo en el que estos ocurren.
El narrador. Tipos de narrador
En los textos narrativos, el autor cuenta lo que sucede a través de la voz del narrador. El narrador es quien relata y ordena los hechos y quien presenta a los personajes.
El narrador puede adoptar distintos puntos de vista y contar la historia en primera o en tercera persona.
Narración en primera persona. El narrador, llamado narrador interno, participa, como protagonista o como testigo, en los acontecimientos que relata.
Tratando de salir a flote, nadé hacía arriba por espacio de uno, dos, tres segundos. Seguí nadando hacia arriba. Me faltaba aire. Me asfixiaba. Traté de amarrarme a la carga, pero ya la carga no estaba allí. Ya no había nada alrededor. Cuando salí a flote no vi en torno mío nada distinto del mar. Un segundo después, como a cien metros de distancia, el buque surgió de entre las olas, chorreando agua por todos lados, como un submarino. Sólo entonces me di cuenta de que había caído al agua.
Gabriel García Márquez, Relato de un Náufrago.
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Cuando el narrador es también el personaje protagonista, hablamos de relato autobiográfico. Las memorias y los diarios personales son ejemplos de relatos autobiográficos.
Narración en tercera persona. El narrador, llamado narrador externo, no participa en los hechos que relata. Es el más común; cuenta todo lo que les sucede a los personajes, como en el ejemplo que aparece a continuación.
Cuando vio que la mujer parada en la esquina se lanzaba a la calzada a pesar de las luces verdes, ya era tarde para las soluciones fáciles. Frenó con el pié y con la mano, desviándose a la izquierda; oyó el grito de la mujer, y junto con el choque perdió la visión. Fue como dormirse de golpe.
Volvió bruscamente del desmayo. Cuatro o cinco hombres jóvenes lo estaban sacando de debajo de la moto. Sentía gusto a sal y sangre, le dolía una rodilla y cuando lo alzaron gritó, porque no podía soportar la presión en el brazo derecho (...). Preguntó por la mujer, tratando de dominar la náusea que le ganaba la garganta. Mientras lo llevaban boca arriba hasta una farmacia próxima, supo que la causante del accidente no tenía más que rasguños en la piernas.
Julio Cortázar, La noche boca arriba.
La acción
Cuando la narración es larga, la trama se organiza en episodios o capítulos. Los episodios pueden consistir, por ejemplo, en las sucesivas aventuras de un mismo personaje en lugares diferentes o bien en las aventuras paralelas de varios personajes.
Generalmente son personas, reales o ficticias, pero a veces también pueden ser animales u objetos personificados.
Muy tarde por la noche Nasrudin se encontraba dando vueltas alrededor de una farola, mirando hacia el suelo, cuando pasó por allí un vecino.
- ¿Qué estás haciendo, Nasrudín, has perdido alguna cosa?- le preguntó.
- Sí, estoy buscando mi llave.
El vecino se quedó con él para ayudarle a buscar. Después de un rato, pasó una vecina.
- ¿Qué estáis haciendo? - les preguntó.
- Estamos buscando la llave de Nasrudín.
Ella también quiso ayudarlos y se puso a buscar.
Luego, otro vecino se unió a ellos. Juntos buscaron y buscaron y buscaron. Habiendo buscado durante un largo rato acabaron por cansarse.
- Nasrudín, hemos buscado tu llave durante mucho tiempo. ¿Estás seguro de haberla perdido en este lugar?
- No- contestó Nasrudín.
- ¿Dónde la perdiste, pues?
- Allí, en mi casa.
- Entonces, ¿por qué la estamos buscando aquí?
- Pues porque aquí hay más luz y mi casa está muy oscura.
Cuento popular sufí
Según su importancia en el desarrollo de la acción, los personajes pueden ser principales o secundarios. Entre los principales destacan el protagonista, que es quien lleva el peso de la acción, y el antagonista, que se opone a él.
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Los personajes pueden ser también planos o redondos:
Los personajes planos no cambian a lo largo de la obra y siempre se comportan de la misma manera. Los personajes de los cuentos tradicionales, por ejemplo, suelen estar construidos como personajes planos que con frecuencia representan una virtud, un defecto o una cualidad.
Los personajes redondos, en cambio, poseen características individuales y evolucionan y cambian a lo largo del relato; se parecen más a los seres reales. Los personajes más importantes de las novelas suelen ser de este tipo.
El tiempo
En los textos narrativos, siempre hay un orden temporal.
El relato puede presentar los hechos que se cuentan tal y como sucedieron, de modo que se presenten al principio los acontecimientos más antiguos y al final los más recientes. Recuerda que en este caso decimos que la narración tiene un desarrollo lineal. Los cuentos tradicionales, por ejemplo, suelen presentar esta organización.
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Esos acontecimientos se producen en un lugar y en un tiempo. El narrador puede contar los hechos tal y como se han ido produciendo, es decir, de principio a fin (orden cronológico) o puede alterar el orden dando saltos temporales hacia el pasado o hacia el futuro.
Según esto, en una narración podemos distinguir varias formas de ordenación temporal:
- El desarrollo lineal. La narración va presentando los acontecimientos en orden cronológico, desde los más antiguos a los más recientes. Los cuentos tradicionales, por ejemplo, suelen presentar esta organización.
Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así! "
La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.
La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.
Fábulas de Esopo. Vicens Vives
- La anticipación. Es una ruptura del orden temporal que consiste en adelantar acontecimientos y anunciar hechos que se producirán más tarde. En el siguiente fragmento, el enunciado subrayado constituye una anticipación:
El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.
Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada.
- La retrospección. Consiste en retroceder en el tiempo (dar un salto atrás) para contar hechos anteriores al momento en que ocurre la historia. Veamos un ejemplo de retrospección:
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad.
Los tiempos verbales. En los textos narrativos son muy importantes las palabras que expresan acciones, es decir, los verbos. Lo habitual es que en la narración encontremos verbos en pasado, sobre todo en pretérito perfecto simple (esperó, demoró, compartió, inquietó...) o en pretérito imperfecto (vivía, era, llegaba, detestaba...).
Los indicadores de tiempo. El paso del tiempo y el orden de los acontecimientos se marca también con adverbios (mientras, entonces, antes, después) y otras expresiones temporales (por fin, al cabo de un rato, por la mañana, al día siguiente...).
El espacio
En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad.
Tenía una puerta redonda, perfecta como un ojo de buey, pintada de verde, con una manilla de bronce dorada y brillante, justo en el medio. La puerta se abría a un vestíbulo cilíndrico, como un túnel: un túnel muy cómodo, sin humos, con paredes revestidas de madera y suelos enlosados y alfombrados, provisto de sillas barnizadas, y montones y montones de perchas para sombreros y abrigos; el hobbit era aficionado a las visitas.
J.R.R. Tolkien, El hobbit.
Para algunos autores el espacio de la narración puede tener una gran importancia. De hecho, hay novelas que están dedicadas a un lugar concreto; en ellas, el espacio es el protagonista de la historia.
Recuerda:
Una buena narración ha de ser entretenida y mantener el interés del lector. Por eso es preciso realizar varias tareas: seleccionar los hechos que se narran -no hay que contarlo todo-, caracterizar adecuadamente a los personajes que intervienen prestando mucha atención a los diálogos, ambientar los hechos en el tiempo y el espacio de manera que resulten verosímiles y presentar las acciones de forma ordenada y progresiva.
Para elaborar una narración es necesario, en primer lugar, tener claro el tema: la historia de un asesinato, la conquista del Polo Norte, un viaje al futuro... A partir de ahí, debes diseñar tus personajes, elegir los escenarios y trazar un plan general: imagina los hechos y circunstancias más importantes y crea un «esqueleto argumental» que irás completando a lo largo del proceso de escritura.
El inicio es fundamental en toda narración. De él depende que el lector siga leyendo y se interese por la obra. Tras él se desarrollan los distintos episodios que forman la trama.
El final de la narración es también muy importante. En él se produce el desenlace de la acción. Puede ser abierto o cerrado, previsible o sorprendente, pero siempre ha de resultar verosímil.
Fuente: Kalipedia y otros.
Actividades
1. Para diferenciar textos descriptivos y narrativos. Nivel elemental
2. Libro Interactivo Multimedia (LIM). De la Xunta de Galicia
3. Los textos narrativos. LIM de Manuel Guerrero
4. Taller de narración. Aplicación interactiva de C. Pinilla, Enrique Franco, M. L. González, D. Grau y N. Vicente
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haber esto tampoco e pa tanto porque ya que quiero es coger una narracion y copiarala no me sale lo que busco me g
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