El lenguaje y las lenguas

Comunicación animal y comunicación humana

Todos los animales son sociables, necesitan comunicarse con los demás y han desarrollado sus propios sistemas de comunicación.

Los animales utilizan su sensibilidad y sus sentidos (olfato, vista, tacto, oído y gusto) para emitir y recibir mensajes. Un perro guardián percibe claramente la presencia de extraños y sabe cómo avisar a su amo. Las cigarras que cantan son machos y lo hacen para atraer a las hembras. Los pollitos emiten sonidos de distinta intensidad con los que avisan a la gallina de distintas situaciones (si están asustados o si tienen hambre, por ejemplo). Los cocodrilos, cuando van a salir del huevo, emiten sonidos de aviso a su madre para que destape el nido subterráneo y los pequeños puedan subir a la superficie. Muchos mamíferos suelen emitir rugidos o gritos fuertes o graves cuando se sienten amenazados. Los conejos y los ciervos hacen señales con el rabo con el objeto de advertir a los demás de algún peligro inminente. Las aves emplean gritos de alarma, etc.

En su lucha por la supervivencia, algunas especies han desarrollado sistemas de comunicación bastante sofisticados: un individuo de un grupo que ha encontrado una fuente de alimento puede transmitir esa información al resto de sus compañeros. Es el caso de las abejas y las ratas.

Incluso hay algunas especies que utilizan sonidos de baja frecuencia inaudibles para el ser humano. Es el caso de algunos animales de gran tamaño, como las ballenas y los elefantes, que usan los infrasonidos para comunicarse a grandes distancias. Se cree que los cantos de algunas ballenas recorren centenares de kilómetros.

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Lenguaje, lengua y habla

Pero, de entre todos los sistemas de comunicación animal, el lenguaje humano es el más eficiente y perfecto.

El lenguaje humano es más complejo que el lenguaje animal y esta es una de las grandes diferencias que separan al hombre de resto de los animales. Los seres humanos nos comunicamos mediante códigos de signos que podemos aprender y utilizar en diferentes situaciones, es decir, podemos hablar. Los animales, aunque se comunican entre sí, no hablan. Esto es lo que nos hace tan diferentes.

• El lenguaje humano se distingue de otros tipos de lenguaje por tener una doble articulación; esto quiere decir que las expresiones humanas están formadas por signos (palabras) que tienen significado y que están formados a su vez por elementos más pequeños (los fonemas) que no lo tienen. Las señales de los sistemas de comunicación animal no poseen esta característica.
• El lenguaje humano es creativo, porque permite siempre la creación de nuevos signos combinando elementos preexistentes. Esta capacidad combinatoria no existe en el lenguaje animal.

En otras palabras, podemos entender el lenguaje como la capacidad que tenemos todos los seres humanos para comunicarnos mediante signos, ya sean orales o escritos. Todos nacemos con esta capacidad y gracias a ella podemos hablar utilizando las distintas lenguas o idiomas, como el español, el inglés, el francés o el alemán.

Las lenguas son los sistemas de signos que aprendemos para poder hablar. No sería correcto hablar, por tanto, de “lenguaje español” o de “lenguaje francés” sino de lengua española o lengua francesa. Una lengua, por lo tanto, es un código que conoce cada hablante, y que utiliza cada vez que lo necesita (que suele ser muy a menudo).  Podemos hablar con nuestros amigos gracias a que conocemos el mismo código; es decir, gracias a que hablamos la misma lengua.

Y, entonces, ¿qué es hablar?

El habla es el uso que hacemos de nuestra lengua cuando la utilizamos en la vida diaria para comunicarnos con los demás. Cuando hablamos, construimos un mensaje concreto utilizando los signos del código que más nos conviene en ese momento (utilizaremos el español si hablamos con nuestra amiga Pepa, el inglés si escribimos al presidente de los Estados Unidos, el francés si nos perdemos en el metro de París, etc.).

Dicho de otra manera, hablar es utilizar una lengua para establecer un acto de comunicación.

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